Este verano le ha tocado a dos países del sureste asiático: Vietnam y Camboya.
La impresión general de Vietnam es la de un país que está desarrollando el turismo de una manera muy rápida y no todo lo respetuosa con los espacios naturales que yo esperaba. Lugares maravillosos como la bahía de Halong se merecen un poco más de cuidado por parte de todos, aunque pasear en kayak entre esas inmensas moles sea una experiencia inolvidable.
Las grandes ciudades una locura de movimiento, gente, ruido y sobre todo motos que han substituido a esa imagen de las bicicletas de hace no muchos años...
Y por supuesto un montón de templos, pagodas y representaciones del arte de la zona y de todos los que por allí han pasado.
También recuerdos de la guerra... como no... el museo, las bases guerrilleras... impresionante memoria de lo que puede llegar a hacer el ser humano.
La visita al delta del Mekong, y por último Camboya... la verdad, no esperaba gran cosa a parte de los templos de Ankgor y me sorprendieron muy positivamente los paisajes tan cuidados y la capital Phnom Penh.
Y efectivamente, los templos son increíbles, un buen paseo andando (ese día acompañados por la lluvia) y descubriendo poco a poco las murallas, las construcciones, la invasión de la vegetación... en fin una pasada.
Esta vez he intentado seleccionar menos fotos... pero ha sido difícil la verdad... Ah! las primeras son de Singapour, solo hicimos escala una tarde.
miércoles, 17 de agosto de 2011
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